viernes, 3 de abril de 2009

LA CORRUPCIÓN DEL PAN


Como todos saben Miguel Ángel Jiménez, director de la Lotería Nacional, ofreció hasta seis millones de pesos a una empresa de medios de comunicación, ubicada en el sureste mexicano, para que apoye a los candidatos del PAN en la región incluyendo a Mario Ávila Lizárraga, aspirante a la gubernatura de Campeche.
En el intento de soborno están involucrados, hasta ahora, el ya citado director de la Lotería Nacional, el jefe de la campaña del candidato del PAN al gobierno del estado de Campeche y el hermano del extinto Secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, de nombre Carlos Mouriño Terrazo.
Bien; dos delitos, compra de propaganda y desvío de recursos, orquestados por un funcionario público producto de la alianza PAN con el Partido Nueva Alianza de la maestra Elba Esther Gordillo.
Pero aquí hay situaciones más graves que comentar.
Primero. Se comentaba antes del fallecimiento de Juan Camilo Mouriño, que éste sería nominado candidato del PAN al gobierno de Campeche, entre otras cosas para evitar que imagen política se siguiera desgastando en la secretaría de gobernación. Después del trágico accidente que le costo la vida, prácticamente se ofreció a la familia Mouriño el derecho a nominar candidato a gobernador de su estado siendo designado para tal efecto Mario Ávila Lizárraga y recordamos sus declaraciones en el sentido de que los ideales de Juan Camilo guiarían sus acciones y su recto andar por el sendero político.
Pobre favor le hace a la memoria de Juan Camilo la forma como interpreta sus ideales políticos este pillo aspirante a gobernador.
Segundo. El gobierno federal ha enarbolado la bandera de la lucha contra el crimen en todas sus facetas; y considero que si de algo estamos cansados la sociedad mexicana es del dispendio de recursos de los contribuyentes vía campañas políticas, sueldos insultantes de alcaldes, ministros de la corte, consejeros del IFE y toda la tribu de saqueadores del erario público que el pueblo mexicano se ve obligado a soportar.
De tal modo que si el gobierno federal, léase el Presidente Felipe Calderón, no toma cartas en el asunto y de manera transparente deslinda responsabilidades en este hecho agraviante para todos los mexicanos, la credibilidad del mismo quedará muy dañada y eso no nos conviene en estos momentos como nación.
Esta es la diferencia entre los ciudadanos libres con los miembros del PAN, que nosotros, más allá de preferencias partidistas, pensamos en los intereses superiores de la nación.
Porque me niego rotundamente a pensar que el Presidente de la República esté enterado, y menos aún que ordene, semejante corruptela entre los miembros de su partido y de su gabinete.
La Lotería Nacional para la Asistencia Pública es como su nombre lo indica, o al menos debería serlo, una institución confiable en la que todos los mexicanos estemos ciertos de que cada vez que participamos en alguno de sus múltiples sorteos estamos contribuyendo al bien común de la nación y no a los intereses particulares de una camarilla que busca perpetuarse en el poder mediante el uso de todos los recursos del estado mexicano.

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