martes, 17 de marzo de 2009

POLÍTICA E IGLESIA

Grave, muy grave me ha parecido el intento del partido acción nacional de golpear bajo al PRI utilizando como herramienta de combate a la arquidiócesis católica y su panfleto.
¿Por qué lo delicado del asunto? Vayamos por partes.
Primero. La irresponsabilidad de Germán Martínez quien desesperado al ver como el gobierno de su partido se desmorona por su falta de sensibilidad política y social a la hora de tomar decisiones, acude a una iglesia católica devaluada por los escándalos sexuales de sus príncipes y demás jerarcas y demuestra de una vez por todas, por si alguna duda quedaba, el contubernio que existe entre el actual partido en el poder y el clero católico.
Esto es sumamente delicado porque en el México actual, iglesias cristianas no gobernadas por el vaticano han cobrado auge e incrementado sus adeptos a lo largo y ancho del país, impulsadas principalmente por las aberraciones y abusos de poder de los príncipes católicos; su papapanzer con antecedentes nazis y la ostentación insultante con la que viven los obispos en medio de una población cada vez mas miserable. Bien, pregunto: ¿Acaso al niño Gemancito no le circula por su mente brillante que la complicidad descarada del PAN con la iglesia católica puede ser un fósforo en este México que vive horas críticas? Porque una cosa si les digo, más de 3 dirigentes de las religiones cristianas independientes del vaticano tienen muy en claro que la intención del PAN es volver a oficializar la fe católica como religión oficial del estado mexicano; y saben muy bien, que si hasta ahora no lo han hecho es porque el poder aún se les bambolea en las manos; pero que pasará si el PAN mantiene el poder gracias a las huestes católicas; muy ingenuo sería y les aseguro que los dirigentes de las iglesias independientes no lo son, aquel que supusiera que no habría factura onerosa que pagar; principalmente en privilegios de estado a la iglesia católica. Y todos estarán de acuerdo que un conflicto religioso entre los ciudadanos mexicanos es, en estos momentos, lo que menos necesitamos ya que sin duda sería el detonante de un caos social que llevaría a la descomposición total del estado.
Segundo. ¿Este panorama es inconstitucional? Por supuesto, pero ¿que acaso no lo es que la iglesia católica esté constantemente interviniendo en los asuntos del estado mexicano? Por supuesto que si, pero eso no importa al partido en el poder ya que piensa que con tal sublime ayuda logrará mantener un poder que ya siente se le escapa de las manos.
Tercero. La crítica basada en la falta de apoyo a la ley antinarcomenudeo y de extinción de dominio es totalmente absurda; en todos los países que ya han pasado por problemas similares a los que vive el nuestro se ha llegado a la conclusión final que la drogadicción es un problema de Salud Pública, no de Seguridad Nacional; el partido en el poder ha seguido sistemáticamente las directivas fascistoides de fabricar un enemigo del estado y sacar al ejército a las calles ya que de manera tácita se toma el poder militar del territorio nacional; también ha quedado demostrado que solo mediante el desarrollo integral del individuo de puede abatir significativamente los índices de delincuencia; pero como evitar que un joven que no tiene otra cosa que hacer para sobrevivir y mantener a su familia se involucre en un mercado como el de las drogas cuando el estado no le ha permitido que tenga acceso a la educación, a la salud, las dos obligaciones básicas de cualquier estado civilizado.
Por otra parte, que no nos quieran vender esa ley como la que acabará con el narcotráfico; llenará las cárceles de delincuentes de poca monta como repletas están en ahorita, pero a la cúpula de la delincuencia no le afectará en los más mínimo; sin embargo, nadie habla de mecanismos para impedir el lavado de dinero; de leyes que realmente cierren las puertas a la conversión del dinero ilícito en moneda legal de uso corriente; ¿por qué será?
¿Acaso los sistemas de inteligencia del estado no detectan los emporios comerciales e inmobiliarios que surgen de la noche a la mañana y de los cuales todos los ciudadanos, en las principales ciudades del país nos preguntamos de donde salieron esas fortunas?
¿Es que el SAT que tan hábil es para hacerle la vida imposible a millones de ciudadanos honestos que pagan impuestos, que ya es decir, y buscan con sus creativos como exprimir más y más a los cautivos, carece de creatividad, de poder y de herramientas para seguirle la huella a esos capitales gigantescos que se invierten en el sector inmobiliario y de desarrollo turístico?
Porque una cosa si les digo, no quisiera pensar ni por un segundo que el estado se hace de la vista gorda en el asunto del lavado de dinero porque le conviene que se sigan creando hoteles de lujo, fraccionamientos y marinas de ensueño y torres de condominios a todo lo largo de nuestro litorales más todos los emporios que espontáneamente surgen de la nada.
No quiero pensar que como a los inversionistas extranjeros no les parece atractivo invertir en México, por aquello de los inconvenientes de decapitados y balaceras en plena vía pública y a medio día, el dinero del narco sea una opción para que el gobierno en turno no se vaya y nos lleve, de una vez por todas, al estado fallido del que tanto ya se habla en otras latitudes y tanto desgarre de vestiduras ha originado entre nuestra ilustre clase política.

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